En medio de dos fincas cerradas y sembradas, frente a un conuco cercado en madera, se encuentra la Parroquia Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, en la carretera Barranca, provincia de La Vega. El templo cristiano fue profanado por desconocidos.

La iglesia está localizada en una zona donde hay pocas residencias en los alrededores.

Juan Porfirio Alejo, presidente de asamblea de la comunidad, quien abre la iglesia todas las mañanas, se encontró con el lugar hecho un caos. Según indica, las vestiduras del párroco estaban en el suelo, así como el cáliz y micrófonos que son utilizados para la santa misa. 

 
“También profanaron el santísimo, y no bastándoles con el desastre que había hecho, abrieron el sagrario donde se encontraban las hostias consagradas, desechándolas en la calle”, explicó.

El salón parroquial también se vio afectado luego de que los individuos rompieran parte de las persianas.

De acuerdo a lo informado por Porfirio Alejo, los malhechores perpetraron la parroquia realizando un agujero en una de las entradas aseguradas con puertas de madera.

Entiende que al no encontrar dinero ni objetos de valor, quebraron puertas y destruyeron la sacristía y lo que hay en ella.

Don Juan narra que cuando el párroco, el padre Rafael Antonio, llegó y vio lo que había pasado, "casi se pone malo", muy nervioso y triste, pues es un hombre “muy sensible y que quiere a la comunidad”.

La parroquia cuenta con cámaras de seguridad por toda la estructura que lograron evidenciar todo el saqueo.

Porfirio Alejo explicó que las autoridades se presentaron para tomar los elementos probatorios de lo sucedido, así como también poseen los videos de las cámaras de seguridad, por lo que se encuentran en procesos de determinar y dar con el paradero de los individuos.

Se presume los malhechores son dos discapacitados mentales, uno proveniente de Licey, a quien supuestamente comunitarios capturaron y golpearon.